Dani Trainer

ACNÉ: POR QUÉ APARECE Y TRATAMIENTO DEL ACNÉ

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El acné es generalmente visto como un suceso normal que ocurre especialmente entre adolescentes, pero nada más lejos de la realidad. El acné vulgaris es considerado a nivel científico una enfermedad inflamatoria crónica de la unidad pilosebácea (formada por folículo piloso, el tallo piloso y la glándula sebácea).

Para que nos entendamos todos, la unidad pilosebácea podemos definirla como la estructura profunda del pelo en nuestra piel, como vemos en la imagen.

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El acné es uno de los problemas de piel más comunes a nivel mundial, llegando a afectar a 650 millones de personas. (estudio).

Se considera una enfermedad crónica debido a su prolongada duración, el patrón de recurrencia y recaída (aunque desaparezca o vaya a menos temporalmente, suele reaparecer) y el inicio lento de la enfermedad combinado con brotes agudos. Afecta principalmente a cara, cuello, pecho y parte alta de espalda y brazos.

Además del daño en la piel, el acné causa problemas sociales y psicológicos en las personas que lo padecen.

Hablando de cifras, el acné suele aparecer durante la adolescencia en el 85% de las mujeres y el 95% de hombres. De éstos, un 20% desarrolla acné severo, con lesiones más graves en la piel. De todas las personas que padecen acné durante la adolescencia, se estima que el 50% lo siguen desarrollando en edad adulta.

Este problema en la piel es de esas enfermedades llamadas “modernas” fruto de los hábitos y el entorno actual en el que vivimos. Existen estudios en poblaciones “no civilizadas” que todavía habitan el planeta, como los isleños de Kitava, en Papúa Nueva Guinea y los Aché, una sociedad cazadora-recolectora que aún habita en Paraguay.

Los investigadores quisieron saber si el acné era fruto del ambiente occidental o si se daba en estas tribus alejadas de la civilización y podría ser algo normal en el ser humano. Se analizaron 1200 isleños de kitavan (300 de ellos de entre 15 y 25 años, edad donde más aparece el acné) y a 115 de la tribu Aché (15 de ellos de entre 15 y 25 años).

¿Resultado? Los investigadores quedaron impresionados. Ninguno de los 1315 individuos analizados presentaba acné en cualquiera de sus grados, concluyendo la investigación que el acné es una afección propia de occidente.

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Estudio de Kitava. Además de una piel perfecta, parece que el sobrepeso tampoco va con ellos

Yendo más allá del acné, en los isleños de Kitava no es solo este problema en la piel, sino que sucesos como muerte cardíaca, el accidente cerebrovascular o la hipertensión son extremadamente raros. (estudio)

¿Son ellos los menos civilizados? A lo mejor estas civilizaciones no tienen iphones, pero en salud y hábitos nos dan mil vueltas.

Existe otro relato interesante y es el que cuenta el médico Schaefer, que pasó 30 años analizando a los Inuit (tribu de esquimales). En sus hábitos tradicionales, esta población permanecía sana, pero cuando pasaba a vivir a un entorno occidental empezaban a enfermar, desarrollando acné, sobrepeso, diabetes…

Este tipo de estudios nos proporcionan una información muy valiosa, ya que sabemos que si el problema está en nuestros hábitos y estilo de vida, ahí también reside la solución. Además, la investigación reciente ha dejado claro que el acné no tiene una gran determinación genética. (estudio)

Se podría debatir si todo el avance tecnológico actual compensa el empeoramiento generalizado de la salud de la población, con el sufrimiento y gasto económico que ello conlleva, pero otro día lo debatimos.

¿POR QUÉ APARECE EL ACNÉ?

Todo surge en la unidad pilosebácea ya comentada. La glándula sebácea (situada en la piel y llena de grasa) se encuentra alterada junto a una hiperseborrea (sebo excesivo). Esto unido a alteraciones hormonales e inflamación conduce a la transición de un poro normal a un poro alterado que termina derivando en acné.

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Como se ve en la imagen, el sebo de desprende de la piel y obstruye el poro, desencadenando una colonización bacteriana que forma esa cabeza blanca que tanto nos gusta explotar. (Parte b)

Si esa cabeza blanca continúa expandiéndose por mayor acumulación de sebo, se forman los también famosos puntos negros (Parte c) que tienen ese color debido a la oxidación de los lípidos.

Si continúa la progresión podemos ver otros problemas inflamatorios como pápulas (Parte d), pústulas (Parte e), nódulos o quistes (parte f).

Como en la celulitis, en el caso del acné también tiene mucho que decir la parte hormonal. La primera aparición de acné suele ocurrir durante la adolescencia, fase donde el desajuste hormonal se vuelve severo.

El IGF-1 (factor de crecimiento insulínico, indica producción de hormona de crecimiento) está vinculado a una producción se sebo excesiva. Cuando este factor se incrementa, aparece el acné y la dieta occidental rica en ultraprocesados y de elevado índice glucémico favorece su desarrollo.

Este IGF-1 participa en el desarrollo de los tejidos, pero cuando se sobreactiva aparecen los problemas.

HÁBITOS QUE CONTRIBUYEN AL ACNÉ

Como en todo daño a la salud, nuestros hábitos tienen mucho que decir y mucho que solucionar. ¿Qué favorece el desarrollo de acné?:

-Dieta: la dieta occidental rica en comida basura y “alimentos” de alto índice glucémico (aquellos que elevan mucho el azúcar en sangre en poco tiempo) favorecen la excesiva producción de sebo que lleva al acné.

El tratamiento más efectivo contra el acné es una dieta de bajo índice glucémico, una ingesta calórica similar a nuestro gasto calórico o idealmente hipocalórica (consumir menos calorías de las que gastamos) así como un % graso saludable también reducen el riesgo de desarrollar acné.

Las personas con acné también presentan los ratios de lípidos alterados (como el ratio colesterol HDL/triglicéridos). (estudio)

-Hiperinsulinemia: el exceso de insulina que produce el páncreas debido principalmente al consumo de comida basura y tanto alimentos como bebidas azucaradas, unido al sedentarismo y falta de ejercicio promueve el crecimiento de los tejidos y el IGF-1 ya comentado, favoreciendo el desarrollo del folículo y contribuye al acné.

Este exceso de insulina también favorece la síntesis de andrógenos (hormona sexual masculina) que promueven una desproporcionada cantidad de sebo por la presencia de un mayor número hormonas masculinas como testosterona o dihidrotestosterona.

Este aumento de andrógenos unido a la reducción de hormonas femeninas como estrógenos o progesterona hacen que la incidencia sea mayor en mujeres. Por ello vemos el acné en pacientes con Síndrome de Ovario Poliquístico, una afección caracterizada por una hiperinsulinemia, exceso de andrógenos y déficit de estrógeno.

-Consumo de lácteos: existen estudios que no sacan conclusiones claras y otros que sí relacionan un mayor consumo de lácteos a desarrollo de acné, especialmente la leche. (estudio)

Aunque esto choca con los hábitos de tribus como los Masai, que tienen como uno de los principales componentes de su dieta la leche y es una población que carece de acné.

No creo que los lácteos sean los principales culpables del acné pero puede suceder que unido a otros factores, potencien su aparición ya que estimulan el IGF-1. Si padeces acné, prueba a eliminar de forma temporal los lácteos para ver si mejora la situación e ir reintroduciéndolos cuando la piel se vaya recuperando

ESTRATEGIAS CONTRA EL ACNÉ

-Alimentación: ya hemos visto que el exceso de insulina es el principal causante del acné, por lo que una solución está clara: eliminar comida basura y tanto alimentos como bebidas azucaradas y priorizar carbohidratos que no eleven la glucosa en sangre (fruta, verdura, tubérculos…).

Es buena idea probar al menos durante un tiempo una dieta baja en carbohidratos (100-150 gr de carbohidrato como máximo al día) ya que han demostrado mejorar la sensibilidad a la insulina y por lo tanto, el acné. (estudio)

-Prevenir afecciones metabólicas como diabetes u obesidad, ya que desembocan en cambios hormonales y una hiperinsulinemia que favorece el acné. Fundamental mantener un % graso saludable.

-Aumentar el omega 3 en la dieta por su potente papel antinflamatorio y reducir el omega 6 (presente en aceites vegetales y de semillas, frutos secos, soja…) para recuperar un ratio omega 3: omega 6 saludable (+ detalle). En pacientes que ya han desarrollado acné puede ser buena idea suplementar omega 3.

-Elimina de tu dieta todo aquello que favorezca la inflamación: azúcares, grasas trans, aceites vegetales y de semillas, carbohidratos refinados y alcohol.

-Respeta las horas del sueño: las hormonas cumplen un ciclo de luz-oscuridad y el acné está influenciado por un desajuste hormonal. Intenta dormir al menos 7-8 horas.

-Ingerir alimentos ricos en polifenoles (fresas, uvas, té verde…) puede ayudar a revertir el acné debido a su efecto antioxidante.

-Pacientes con acné poseen déficit de vitamina D (estudio), así que aumenta tu exposición a la luz solar todo lo que puedas sin quemarte y aumenta el consumo de alimentos ricos en vitamina D (pescado, hígado, yema de huevo…)

-Gestión del estrés: cuando vivimos permanentemente con estrés se libera una hormona llamada corticotropina que estimula la glándula sebácea produciendo más sebo y por lo tanto, generando más granos.

“EL CHOCOLATE ME DA ACNÉ”

Debate que ha durado décadas y existen estudios que detallan un aumento del acné al consumir chocolate. El problema es que estos estudios, en su mayoría, no distinguen entre un chocolate alto o bajo en cacao.

Como siempre, la calidad del alimento influye. No es lo mismo un chocolate que lleve 50 gramos de azúcar por cada 100 de producto que otro de 80% cacao. El chocolate ultraprocesado rico en azúcar, presente en todo tipo de bollería, batidos, cereales etc, si favorece el acné ya que como hemos visto antes, es proinflamatorio y favorece los picos de insulina.

Pero un chocolate de calidad, con al menos un 70% de cacao (si es más, mejor) no ha demostrado favorecer el desarrollo de acné. Incluso este chocolate puede tener un efecto antiacné, ya que posee polifenoles, unas moléculas antioxidantes y antiinflamatorias.

Este estudio en Malasia si encuentra relación entre consumo de helado (alto en azúcar, proinflamatorio) y acné, pero no concluyó que el chocolate lo favoreciera.

CONSECUENCIAS PISCOLÓGICAS DEL ACNÉ

Además de los cambios hormonales e inflamación que llevan al daño en la piel, las más graves consecuencias del acné se producen a nivel psicológico. Algunas consecuencias sociales y psicológicas de padecer acné son:

-Pacientes con acné severo tienen mayor tasa de desempleo que aquellos que no lo padecen.

-Sentimiento de vergüenza, falta de confianza, autoestima, etc.

-El acné se relaciona con mayor ansiedad, depresión e insatisfacción corporal. La depresión es 2–3 veces más frecuente en pacientes con acné que en la población general, y la tasa de depresión fue dos veces más alta en mujeres con acné que en hombres (estudio)

La mente tiene un papel muy potente en la salud y es por eso que el acné puede no parecer algo grave, pero sí tiene la capacidad de derivar en una afección psicológica importante.

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