Dani Trainer

EL PAPEL (IMPRESCINDIBLE) DEL EJERCICIO CONTRA EL CÁNCER

ejercicio-cancer

«La creciente evidencia sugiere que el ejercicio es una estrategia terapéutica segura, factible y eficaz con la capacidad de mitigar y/o revertir la disfunción muscular en pacientes con cáncer».  JF Christensen et al.

Por desgracia, todos tenemos o hemos tenido algún familiar, amigo o conocido diagnosticado de cáncer. Es la segunda causa de muerte a nivel mundial y según un informe del año 2018, casi 10 millones de personas fallecieron debido a esta enfermedad.

Y no es solo la cantidad de muertes que causa. Otros aspectos acerca de esta enfermedad también son:

-Calidad de vida de los supervivientes del cáncer.

-Gasto sanitario derivado de la enfermedad (en 2010 se alcanzaron los 1,16 trillones de dólares).

-También debemos preguntarnos si los tratamientos actuales son los de mayor efectividad.

El foco de este artículo es destacar el ejercicio como prevención de diversos tipos de cáncer y también como parte imprescindible para combatir el mismo una vez se ha diagnosticado, ya que muchos pacientes (al menos en España) no tienen en su tratamiento el ejercicio físico incluido, lo que como veremos después afecta tanto a sus posibilidades de supervivencia como a su calidad de vida.

Pero antes, vamos a ver por qué estamos perdiendo la batalla frente al cáncer.

PERDIENDO LA BATALLA CONTRA EL CÁNCER

Pau Donés, cantante del grupo Jarabe de Palo fallecido debido a un cáncer, destacaba en un documental grabado 2 semanas antes de su muerte que los pacientes con cáncer prefieren tener un mínimo de calidad de vida antes que alargar mucho su vida a costa de padecer diversos efectos secundarios derivados de los cuidados paliativos.

En lugar de más tiempo de vida, más vida durante ese tiempo.

En 1971, el presidente Richard Nixon declaró la guerra al cáncer y prometió que la enfermedad se curaría en cinco años. Sin duda ha habido avances, pero incluso en este 2021 sigue quedando mucho camino por recorrer.

No soy ningún experto en este campo tan delicado, pero investigando a los que sí saben, uno se puede dar cuenta de que sería un engaño decir que estamos ganando al cáncer. Por ejemplo, la quimioterapia, terapia utilizada frente al cáncer, a veces es útil, pero otras su efectividad es muy cuestionable.

Estudios como este destacan que la contribución a la supervivencia de la quimio es pequeña y los investigadores concluyen: “se requiere urgentemente una evaluación rigurosa de la rentabilidad y el impacto en la calidad de vida para justificar la financiación continua y la disponibilidad de los fármacos utilizados en la quimioterapia citotóxica.”

Las mamografías, prueba de detección para el cáncer de mama, es fruto de muchas polémicas hasta el punto de que en algunos países han sido prohibidas. Muchas organizaciones médicas, como el prestigioso Consejo Médico de Suiza, abogan por su retirada como método de detección de cáncer.(artículo)

Su función original era detectar el cáncer de mama temprano, pero esta prueba ha derivado en 2 graves problemas:

-Sobrediagnóstico: cuando una mamografía encuentra un cáncer pequeño o poco invasivo que nunca habría sido un problema si no se hubiera tratado. Según los datos que miremos, las cifras van del 20 hasta el 50% de falsos positivos en las mamografías.

-Sobretratamiento: cuando se somete a tratamiento a un paciente diagnosticado de un falso positivo, recibiendo un tratamiento que no necesita.

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Mamografía

Hasta 33 mujeres diagnosticadas con cáncer de mama después de recibir mamografías reciben un tratamiento innecesario por cada mujer cuya vida se salva. (estudio)

Los hombres también padecen este tipo de sobretratamiento. Hombres diagnosticados de cáncer de próstata con una prueba PSA (antígeno prostático específico) tienen 47 veces más probabilidades de recibir tratamientos dañinos e innecesarios (biopsias, cirugía, radiación, quimioterapia) que de prolongar sus vidas. (estudio)

EJERCICIO, NUEVO SOLDADO EN LA BATALLA

El ejercicio ha demostrado ser una estrategia frente al cáncer efectiva, segura, con un coste muy bajo y sin los efectos secundarios que provocan los fármacos y tratamientos tradicionales usados frente al cáncer.

Durante años se ha evitado el ejercicio físico en pacientes con cáncer porque se creía que acentuaba el linfedema, pero se ha demostrado que no es así.

La creciente evidencia sugiere que el ejercicio es una estrategia terapéutica segura, factible y eficaz con la capacidad de mitigar y / o revertir la disfunción muscular en pacientes con cáncer. (estudio)

Dentro del ejercicio, debemos destacar que es el entrenamiento de fuerza el que más beneficios otorga, ya que una de las mayores complicaciones que tienen los enfermos de cáncer es la pérdida de fuerza y masa muscular.

¿Y qué papel tiene el músculo en el cáncer? Los episodios repetidos de contracción muscular asociados con el entrenamiento físico estimulan una amplia gama de adaptaciones fisiológicas, incluidos cambios en el aparato contráctil, la función mitocondrial, la regulación metabólica y la señalización intracelular.

Dentro de la oncología, el interés por la función muscular se ha limitado solo a combatir la caquexia, que se caracteriza por una atrofia muscular grave, inflamación sistémica y desnutrición, en teoría exclusivamente propia de pacientes con un cáncer avanzado. (estudio)

Pero la evidencia más reciente muestra que la disminución de la masa muscular es una afección prevalente en pacientes con cáncer independientemente del estadio de la enfermedad y estado nutricional y se asocia con mayores tasas de mortalidad tanto en la etapa avanzada como en pacientes que se encuentran en una etapa temprana.

PAPEL PREVENTIVO DEL EJERCICIO FRENTE AL CÁNCER

♦El ejercicio reduce el riesgo de 7 tipos de cáncer, además de aumentar la probabilidad de supervivencia tras el diagnóstico del cáncer.

Además, el ejercicio mejora la calidad de vida de los supervivientes al cáncer, reduciendo el estrés, la depresión y la fatiga de los mismos. (estudio)

♦ Ejercicio protege tejidos y órganos propensos a desarrollar tumores malignos como hígado, colon, médula ósea, mama, próstata, endometrio…

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Tejidos y órganos protegidos por el ejercicio, propensos a cánceres malignos (los que más mortalidad causan)

♦Reduce el riesgo de cáncer también por otra vía, como es disminuyendo la grasa visceral, cuya acumulación excesiva produce cáncer (además de problemas cardíacos y diabetes) y que se ve reducida al entrenar con cargas. (estudio)

♦Realizar ejercicio físico de forma regular puede reducir el riesgo de hasta 13 tipos de cáncer distintos.

PAPEL TERAPÉUTICO DEL EJERCICIO EN PACIENTES CON CÁNCER

El desgaste muscular es una complicación común del tratamiento del cáncer y se asocia con un mayor riesgo de toxicidad por quimioterapia, una progresión más rápida del tumor y menores tasas de supervivencia.

-En este estudio, supervivientes de cáncer de mama con poca masa muscular tenían una tasa de mortalidad casi 3 veces mayor que las que tenían más cantidad de músculo.

-Los niños con cáncer también se benefician del ejercicio. En este estudio, el grupo de niños que realizó una rutina de ejercicios estuvo menos tiempo ingresado. Además, el ejercicio produjo un efecto cardioprotector en los niños, lo que es especialmente relevante ya que  entre niños supervivientes de cáncer, el principal inconveniente después son los problemas cardiovasculares.

-Las mioquinas son proteínas que segrega el músculo al contraerse y tienen diversas implicaciones beneficiosas para la salud. Una nueva mioquina llamada SPARC puede tener un efecto antitumoral y reducir el tamaño de los tumores. Esta mioquina se genera durante la contracción muscular realizada en el ejercicio.

No existe un fármaco que consiga generar esta sustancia.

-El ejercicio puede reducir hasta un 60% el tamaño de un tumor. (estudio)

-En pacientes con cáncer, realizar un programa de entrenamiento antes de una operación puede tener efectos beneficiosos en la recuperación , en los días de hospitalización, en las complicaciones post operatorio (estudio)

De este mismo estudio, existe evidencia fuerte de que el ejercicio físico puede, en pacientes con cáncer, reducir ansiedad, síntomas depresivos, menor fatiga y por lo tanto, mejor calidad de vida.

También hay evidencia moderada de que ejercicio en estos pacientes mejora el sueño y la salud ósea (tanto músculo como hueso).

Si queremos ganar la batalla contra el cáncer, el ejercicio debe estar en primera línea de combate. Por otro lado, también debemos plantearnos si los tratamientos actuales están siendo la opción más efectiva.

Tanto por mejorar la calidad de vida de los pacientes y aumentar su probabilidad de supervivencia como por ahorrar mucho dinero al sistema sanitario, debería haber un gimnasio en cada unidad oncólogica de cualquier hospital. Dejar el ejercicio fuera de un tratamiento con cáncer es una mala práctica clínica que causa más sufrimiento y más fallecimientos entre estos pacientes, así lo muestran los estudios.

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