El mundo actual depende de una gran cantidad de materiales sintéticos y artificiales como plásticos o pesticidas. Prueba de ello es que la producción mundial de plásticos aumentó de 1,5 millones en 1950 a 245 millones de toneladas en 2008 (informe).
Los disruptores endocrinos son sustancias químicas ambientales que pueden alterar la acción de las hormonas (de ahí su nombre “endocrinos”).
El sistema endocrino u hormonal es clave para regular el metabolismo de grasas, hidratos y proteínas. Etre otras muchas funciones, las hormonas almacenan energía cuando existe abundancia y movilizan la energía cuando hay necesidad. Por lo tanto, cualquier alteración de estos y otros procesos impulsados por las hormonas derivarán en problemas.
Algunos de estos disruptores están presentes de forma natural en el medio (como los fitoestrógenos vegetales) pero la mayoría son productos químicos sintéticos, creados y liberados al ambiente por el propio ser humano.
Una vez más, se cumple la paradoja: algo que causa daño al ser humano, a su vez es fruto de su propia creación.
En la actualidad nos encontramos expuestos de forma constante a estos disruptores: pesticidas/herbicidas, productos industriales y domésticos, plásticos, detergentes, productos de cuidado personal… Ahora bien, no quiero ser alarmista: estas sustancias de por sí es raro que sean dañinas, el problema es el “cóctel” de las mismas, es decir, cuando en nuestro organismo tenemos muchos tipos diferentes de disruptores, que unido a otros malos hábitos comunes en occidente, pueden afectar a nuestro organismo.
Pero tranquilidad, más tarde veremos cómo reducir la exposición a los mismos.
COMO LLEGAN LOS DISRUPTORES A NUESTRO ORGANISMO
Por 3 vías:
- Vía oral (boca).
- Por inhalación (nariz).
- Absorción dérmica (piel).
Por desgracia hay muchos disruptores en el ambiente que nos rodea, pero hablaremos solo de los más conocidos o que más presencia tienen. Algunos disruptores que han demostrado alterar nuestras hormonas son:
–El tributilestaño (TBT) es un contaminante ambiental por su uso como biocida en pinturas antiincrustantes aplicadas a los cascos de los barcos.
-El bisfenol A y los ftalatos se utilizan en la fabricación de plásticos. El bisfenol A (BPA) se utiliza por sus propiedades de reticulación en la fabricación de plásticos de policarbonato, siendo omnipresentes en productos de consumo como botellas de agua, revestimientos de tuberías de agua, revestimientos en latas de alimentos y bebidas, papel térmico y selladores dentales.
Los ftalatos se encuentran en muchos productos de consumo, incluidos adhesivos, pinturas, envases, juguetes para niños, productos electrónicos, pisos, equipos médicos, productos de cuidado personal, ambientadores, productos alimenticios, productos farmacéuticos y textiles.
Estos ftalatos han demostrado tener propiedades estrogénicas y antiandrogénicas, lo que altera las hormonas tanto de hombres como de mujeres. (estudio)
En el BPA vamos a extendernos un poco más. El BPA se ha regulado en muchos países, se prohibió en los biberones en Canadá en 2008, en Francia en 2010 y en la Unión Europea en 2011.
Tales regulaciones han llevado al desarrollo de sustitutos como el bisfenol S (BPS) y el bisfenol F (BPF), con una estructura muy similar al BPA, por lo que a día de hoy desconocemos sus efectos. (estudio)
En este número de Diabetes and Metabolism Journal evaluaron las asociaciones de BPA, BPF y BPS con la obesidad en niños y adolescentes utilizando datos de la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición de EE. UU. De 2013 a 2014. Encontraron que la exposición a BPF se asoció positivamente con un mayor riesgo de obesidad en los niños y adolescentes, especialmente en varones.
Y el BPS parece más seguro pero por el triste hecho de que no se ha analizado en profundidad su efecto sobre el organismo y porque tampoco hay estudios relevantes sobre el mismo. Por lo tanto, desconocemos su impacto.
Pero no te preocupes, en el último apartado te recomiendo alternativas a los recipientes de plástico para minimizar su exposición.
Tampoco quiero asustarte con este tema. Se trata de reducir la exposición en la medida de lo posible, pero algo de exposición siempre va a haber. Pero la buena noticia es que reduciendo estos compuestos en nuestro entorno ya obtendremos enormes mejores, pues dosis bajas prácticamente no nos afectan.
El BPA también podría alterar la grelina y la leptina, hormonas de hambre y saciedad, interfiriendo así en el control hormonal tanto del hambre como la saciedad y pudiendo contribuir a problemas como la obesidad (estudio).
–Los parabenos se utilizan como agentes antimicrobianos para la conservación de productos de cuidado personal, alimentos, productos farmacéuticos y productos de papel.
–Los fitoestrógenos son producidos naturalmente por las plantas y, como tales, son ingeridos por los humanos en la dieta en material vegetal comestible. Las isoflavonas como la genisteína y la daidzeína se encuentran en la soja, las legumbres, las lentejas y los garbanzos.
El tema hormonal y la soja es controvertido. Existen estudios que hablan de beneficios, otros como éste encuentran que un consumo excesivo puede afectar a la fertilidad del hombre. Tampoco sabemos su efecto en mujeres embarazadas pero bueno, consumir estos compuestos en pequeñas dosis seguramente no hará daño a nadie.
Se han observado mayores beneficios del consumo de compuestos ricos en fitoestrógenos en personas con déficit de estrógenos (como mujeres con menopausia) pero por el mismo motivo, su consumo elevado podría crear un exceso de estrógenos en personas con niveles normales.
Así actúan los disruptores. Cuando se absorbe en el cuerpo, un disruptor endocrino puede disminuir o aumentar los niveles hormonales normales (izquierda), imitar las hormonas naturales del cuerpo (centro) o alterar la producción natural de hormonas (derecha). (enlace imagen)
DISRUPTORES EN NIÑOS
Este estudio sugiere que detrás de la epidemia de obesidad no solo están la falta de ejercicio y los excesos en la alimentación. Otros factores como los disruptores endocrinos también están influyendo.
Incremento de obesidad en niños menores de 2 años también sugiere alteraciones durante el desarrollo. Parece poco probable que niños tan pequeños se hubieran visto afectados por comer demasiado y hacer menos ejercicio que en generaciones pasadas, y las explicaciones actuales giran en torno a un entorno alterado en el útero o en los primeros meses de vida que está afectando a sus depósitos de grasa. (+ detalle)
Cambios tempranos del desarrollo (en el útero o después del nacimiento) implican un aumento en el número de adipocitos (células grasas), mientras que los cambios posteriores en la vida durante la edad adulta tienden a implicar principalmente un aumento del tamaño de los adipocitos. El número de adipocitos se establece al final de la infancia y que cualquier aumento en el número de adipocitos en la vida temprana tiende a ser permanente.
Es por ello que, como ya vimos en el artículo sobre el exceso de higiene, los primeros momentos de vida son trascendentales.
DISRUPTORES Y OBESIDAD
Los disruptores pueden contribuir a la obesidad al interferir con el control del metabolismo energético y la regulación del tejido graso, provocando un equilibrio alterado hacia el aumento de peso y la obesidad, a pesar de los patrones de dieta y ejercicio normales.
Esto puede ocurrir aumentando el número de adipocitos, aumentando el tamaño de los adipocitos o alterando las vías hormonales que se encargan del control del desarrollo del tejido adiposo.
Como hemos visto con el BPA, los disruptores también actúan alterando el apetito, la saciedad y las preferencias alimentarias. En el caso de la obesidad es una retroalimentación negativa constante: más grasa supone más almacenamiento de disruptores endocrinos en el organismo, lo que a su vez promueve la ganacia de grasa, derivando esto en más almacenamiento de estos químicos y así constantemente.
Lo que proponen diversos investigadores en la prevención y tratamiento de obesidad es, además de las herramientas convencionales como hacer ejercicio o alimentación adecuada, limitar exposición a disruptores endocrinos, sobre todo los primeros años de vida.
Esto requerirá una voluntad política (que sinceramente, dudo que llegue) para limitar la presencia de algunos productos químicos ofensivos y un programa de educación en las clínicas de maternidad para que haya una comprensión más general de las consecuencias de la exposición a los disruptores en los primeros momentos de vida.
DISRUPTORES Y FERTILIDAD
Otra área afectada por los disruptores endocrinos es la fertilidad. En el caso de mujeres, sabemos que los pesticidas reducen la producción de hormonas sexuales esteroideas derivando en una menos fertilidad o que los parabenos acortan los ciclos menstruales. (estudio)
En hombres, la exposición a disruptores endocrinos puede derivar en menor desarrollo de órganos sexuales y pérdida de motilidad tanto en el esperma como en la capacidad de fertilización en la edad adulta.
PRODUCTOS COSMÉTICOS Y DE HIGIENE
Es en estos productos donde más conocida es la presencia de disruptores endocrinos. Se ha demostrado que muchos ingredientes de estos productos tienen el potencial de alterar nuestro sistema hormonal con ingredientes ya comentados como parabenos, ftalatos y filtros ultravioletas, que también podrían afectar a nuestra fertilidad (estudio) .
El por qué se permite esto es muy simple: los fabricantes de cosméticos se escudan en que utilizan dosis por debajo del máximo que es legal utilizar. Sin embargo, lo que no parecen tener en cuenta estos fabricantes es que todo el mundo utiliza varios cosméticos, champú, gel, fragancias, etc. A lo mejor por sí mismos no son peligrosos, pero la combinación de estos productos supera con creces la dosis de disruptores endocrinos consideradas seguras. (el cóctel que comentábamos antes)
Además, existen personas más sensibles que otras a estos compuestos, cosa que no se refleja en las limitaciones legales acerca de los mismos.
Y por si no hubiera suficiente desconocimiento del tema, cuando se pregunta a las marcas comerciales sobre el contenido de sus productos, recurren al “es un secreto comercial” por lo que no tenemos ni idea de las fórmulas exactas que usan estas empresas.
Como ya hemos comentado, una de las principales vías de llegada al organismo por parte de los disruptores es la piel. Si además nuestra piel no goza de buena salud, la barrera cutánea que nos protege de agresores externos estará dañada y la llegada de estos compuestos será mayor.
Imagen de DERMAWorld
Los productos cosméticos son la mayor fuente de exposición a disruptores como los parabenos. Este estudio en jóvenes demostró que la concentración en mujeres es 2 veces superior a la de hombres.
Otros como los ftalatos se encuentran más en fragancias y productos perfumados, además de otros compuestos en los que no profundizaremos pero que están presentes en cosméticos como triclosán o sales de aluminio.
ALTERNATIVAS A DISRUPTORES ENDOCRINOS
-En la medida de lo posible, cambia los recipientes de plástico por cristal o acero inoxidable. Sé que muchos envases de plástico vienen con la etiqueta “BPA free” pero la realidad es que todavía no sabemos si las alternativas al Bisfenol A son seguras, por lo que mejor seguir el principio de precaución a la espera de datos más convincentes.
–No abuses de productos enlatados o bebidas en latas: no pasa nada por tomar algunas latas de refresco o atún enlatado a la semana, pero evita abusar de estos productos. Estas latas están forradas de Bisfenol A para evitar la corrosión. Y como en el caso de los plásticos, es cierto que se utilizan alternativas al Bisfenol A en estas latas pero desconocemos si son seguras.
–Evita ollas o sartenes antiadherentes que pueden esconder disruptores endocrinos, siendo preferible cocinar en hierro o acero inoxidable. De nuevo, el uso puntual de sartenes antiadherentes no es problema y muchas recetas quedan mejor con éstas.
-En cuanto a la alimentación, si es posible elige alimentos orgánicos o compra en sitios que hayan obtenido sus productos sin abusar de pesticidas. Limita alimentos que vengan en envases de plástico e intenta comer alimentos lo más completos posible (por ejemplo, un pollo entero en lugar de unos nuggets).
-Ligado también a la comida, con los pesticidas no debemos complicarnos demasiado. Simplemente lavando la fruta y verdura con agua y frotando a su vez las mismas con las manos ya estaremos eliminando buena parte de los pesticidas.
-Evita abusar de cosméticos y productos de higiene (sobre todo en niños). En esta web https://www.ewg.org/skindeep/ puedes introducir un producto, marca o ingrediente de cosméticos para comprobar sus ingredientes y si estos son seguros.
Como ves, hablo de evitar. No significa que nunca vuelvas a beber de una botella de plástico o cocinar en una sartén antiadherente. Se trata de limitar la exposición a los disruptores, nada más.
Reducir la exposición a disruptores químicos en nuestro entorno no solo nos beneficia a nostros, también al medio ambiente. Estos químicos a menudo terminan en ríos o tierras dedicadas para el cultivo.
COMO DETECTAR DISRUPTORES EN MI CUERPO
El método más común es un análisis de orina. Desconozco si la sanidad pública realiza este tipo de test. Al menos en España, sí que existen diversos laboratorios privados que realizan la prueba por un precio que ronda los 100-200 euros.
Si quieres profundizar más en el tema de disruptores endocrinos te dejo con esta entrevista a Nicolás Olea, catedrático de Medicina y experto en el tema. https://elpais.com/sociedad/2019/11/11/actualidad/1573497894_984313.html
Hasta aquí el artículo de hoy, espero que os haya gustado y os haya sido útil, si es así, te agradecería que lo compartieras.
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