«Si puede, no vaya al médico» Antonio Sitges-Serra, médico.
Las pruebas de laboratorio y análisis de sangre pueden ser de gran ayuda para detectar daños en el organismo. El problema llega cuando a veces no sabemos interpretar correctamente lo que reflejan, teniendo una fe ciega en el resultado dual que marcan los laboratorios de “fuera de rango” o “dentro de rango”.
Esta interpretación simplista puede provocar malentendidos que nos lleven a preocuparnos por determinado valor que realmente no supone un riesgo o que no seamos conscientes de lo que nos dice un valor que sí está dentro de ese rango saludable.
Los rangos “saludables” de cualquier análisis están basados en los resultados “normales” obtenidos de muchas personas saludables. El problema es que hay personas que pueden estar sanas y quedarse fuera de esos rangos o personas que están dentro pero tienen síntomas que no son normales, en cuyo caso es recomendable repetir las pruebas o recurrir a otras.
En resultados de laboratorio, nos podemos encontrar 3 tipos de resultados:
-Negativo: no se encontró la enfermedad, bacteria, virus, sustancia o lo que fuera que se estaba analizando.
-Positivo: sí se encontró.
-No concluyente: los resultados no otorgan suficiente información, por lo que se realizarán más pruebas.
No debemos poner toda nuestra fe en los resultados de los análisis en lo que diga el laboratorio porque pueden cometer errores. Los más comunes suceden en la fase preclínica, es decir, cuando se recoge la muestra. Puede ocurrir que la muestra se recolecte en el contenedor equivocado, que se mezclen muestras o incluso que la preparación del paciente no sea adecuada, afectando en los resultados.
A menudo daña más nuestra salud la ansiedad y preocupación derivada de que un parámetro no esté en rango en el análisis que el daño que pueda producir ese parámetro alterado en sí.
Las principales causas de errores preanalíticos son:
- El tubo de recogida de muestras no está lleno correctamente.
- Error de identificación del paciente.
- Tubo/recipiente de recogida de muestras inadecuado.
- Error de solicitud de prueba.
- Tubo de recogida vacío.
Por ello, tampoco debemos hacer un drama si un valor del análisis, en un momento puntual, sale fuera de rango. Antes de alarmarnos conviene repetir esa prueba para verificar si ha sido o no algo puntual.
Si nosotros o nuestro médico sospechamos de un valor que no nos cuadra, lo mejor es tener una segunda opinión, es decir, hacer otro análisis y si es posible, que lo analice un laboratorio distinto. (estudio)
SOLICITAR PRUEBA DE LABORATORIO Y SOBREDIAGNÓSTICO
Existen 4 razones legítimas principales para solicitar una prueba de laboratorio:
- Diagnóstico (para confirmar o descartar una enfermedad).
- Seguimiento (p. Ej., seguimiento de una terapia con fármacos).
- Detección (p. Ej., detectar problemas en el bebé de una embarazada).
- Investigación (para comprender las consecuencias o causas de una patología).
El asunto es que muchas pruebas de laboratorio se realizan por prevención en personas con baja probabilidad de enfermedad, generalmente sanas. Ésto puede ser algo positivo, pero también peligroso, ya que puede derivar en sobrediagnóstico.
El sobrediagnóstico se produce cuando el diagnóstico no ayuda ni en la calidad ni en la expectativa de vida, es decir, una prueba no produce una mejora de salud. En el ámbito sanitario el sobrediagnóstico provoca debate, ya que muchos médicos defienden que las actividades preventivas causan más daño que beneficio, como puede ser el caso de los cribados (screening) de cáncer. (+ detalle)
Ya en 2014 el Consejo Médico de Suiza recomendó al gobierno retirar las mamografías debido a que provocaban más daño que beneficio. (artículo)
Una persona puede estar bien de salud pero hacerse determinada prueba por quedarse tranquila. Resulta que esa prueba tiene un error o muestra un parámetro fuera de rango por una situación puntual. Pese a no correr ningún peligro, la persona se preocupa, solicita más pruebas (que tampoco necesita) e incluso puede empezar a consumir determinada medicación o someterse a un tratamiento con daños colaterales.
De no tener nada se puede entrar en una espiral de diagnósticos y pruebas que dañan nuestra salud. Está demostrado que muchas veces se ordenan pruebas para tranquilizar al paciente, sin que éste lo necesite. (estudio)
Hace escasos meses el doctor Antonio Sitges-Serra, con 40 años de experiencia como médico publicó un libro que causó un gran revuelo, Si puede, no vaya al médico. En una entrevista concedida a El Confidencial, el doctor habla así del sobrediagnóstico:
«Con la tecnología de detección más avanzada, se encuentran enfermedades que en realidad no son tales. No hay síntomas, el paciente está bien, va a una simple revisión y, con el nuevo superescáner de última generación, encuentran un cáncer de dos milímetros en el tiroides. El médico te dice: “Hemos visto un cáncer de dos milímetros”. Y tú crees ser un enfermo de cáncer, y te tratan como tal, aunque en realidad no te pasa nada.»
LIMITACIONES DE LOS TESTS
Como en cualquier prueba, los test de laboratorio y análisis de sangre no están libres de los falsos positivos (los test señalan que se padece la condición para la que fuimos analizados, pero no es así) o falsos negativos (los resultados dicen que no padecemos cierta condición, pero en realidad sí).
Son muchos los factores que pueden influir en los resultados de un análisis de sangre o de una prueba de laboratorio en general:
-Actividad física intensa.
-Algunos medicamentos o drogas.
-Resfriados e infecciones.
-Determinados alimentos.
-Estrés.
-Variaciones en los procedimientos de laboratorio.
-Edad.
-Peso corporal.
-Historial médico.
Muy importante tener estos factores en cuenta ya que pueden provocar que en un momento puntual un valor aparezca alterado pero no signifique un problema en el organismo.
PARÁMETROS A TENER EN CUENTA
Otro aspecto a debatir son los rangos que se consideran saludables en la medicina actual. Como ya vimos en este artículo, los rangos que se consideran saludables en el caso del colesterol están en entredicho desde hace años por parte de la comunidad científica, que acusan a las farmacéuticas de presionar para que esos rangos se acoten y poder así vender más fármacos contra el colesterol (estatinas).
Algunos médicos no piensan más allá de que un valor esté “dentro de los límites normales”. Es decir, si la prueba está dentro de la normalidad pero en el extremo inferior o superior, nos puede estar dando pistas de un problema.
Por ejemplo, en el caso del calcio, niveles normales pero en el extremo inferior pueden indicar déficit de calcio o vitamina D, esencial para absorber y fijar el calcio en los huesos. Por el contrario, niveles normales de calcio pero en el extremo superior pueden significar problemas en las glándulas del cuello cercanas a la tiroides. (+ detalle)
Esto es común también en pruebas hormonales como niveles de testosterona o el estado de la tiroides. Aunque los resultados salgan en la normalidad, uno puede sospechar que sus hormonas no están funcionando de manera adecuada, por ello se debe trabajar con los resultados de las pruebas y también con los síntomas. El cuerpo nos habla y debemos escucharle, sin necesidad de pruebas de laboratorio.
Los valores a analizar es tarea del médico, quien ordenará unos análisis u otros dependiendo del contexto del individuo.
Como sería imposible detenerse en cada valor de un análisis, voy a centrarme en aquellos más relevantes y desconocidos que dicen mucho de nuestra salud. Nos centraremos en los análisis de sangre que es la prueba más solicitada:
⇒P-ldl: hace referencia al tamaño de partículas LDL (colesterol mal llamado “malo”). Este valor es esencial y más útil para valorar la salud cardiovascular, más importante que los niveles de colesterol total. Las partículas LDL pequeñas son las que más problemas causan a nivel cardiovascular, a mayor tamaño menos problemas producen.
El asunto es que tus niveles de colesterol LDL pueden salir dentro de rango pero si esas partículas son pequeñas, puedes estar en riesgo de padecer problemas cardiovasculares.
Como vemos en este ejemplo, en teoría David tiene unos mejores análisis por tener el colesterol total y el LDL más bajo que Pablo. Incluso vemos que tiene más alto el colesterol HDL.
Pero si nos vamos a esa P-LDL vemos que David tiene mayor cantidad de partículas pequeñas, lo que automáticamente le pone en un riesgo mayor que Pablo. Tal es la importancia de este valor que no se suele comentar en consulta.
⇒Ratio colesterol total/HDL-C: mide la cantidad de colesterol “bueno” que tenemos respecto a nuestros niveles de colesterol total. Dentro del rango, a partir de 4 pueden aparecer problemas coronarios.
⇒Triglicéridos: los niveles óptimos son 100-125, a partir de 150 aparecen los problemas. La dieta influye mucho ya que los triglicéridos se acumulan con el consumo de alimentos ultraprocesados, azucarados y alcohol.
⇒Ratio triglicéridos Hdl-C: niveles elevados indican una resistencia a la insulina, es decir, nuestro cuerpo no puede regular correctamente los niveles de glucosa en sangre, derivando en problemas cardíacos y metabólicos. En análisis, a partir de 3.5 empiezan los problemas.
La prueba HOMA-IR también analiza una posible resistencia a la insulina.
⇒Proteína C-reactiva: proteína que refleja los niveles de inflamación. Debemos tener cuidado a partir de 3mg/L.
⇒Creatinina: este valor causa mucha confusión. Hasta 1.4 mg/Dl se puede explicar por factores externos (deshidratación, masa muscular, actividad física…) Más de eso hay que considerar una consulta con nefrología por problemas en el riñón.
⇒También existe confusión al querer conocer los niveles de hierro en sangre. Debemos fijarnos en los niveles de ferritina que es la forma en que el cuerpo acumula el hierro, no en los niveles de hierro sérico en sí.
⇒Retención de líquidos (sobre todo en piernas): para saber si nuestros tejidos están reteniendo líquidos, comprobar con una escala de evaluación de edema.
CONCLUSIÓN
Las pruebas de laboratorio, preventivas y diagnósticas son útiles y salvan vidas, nadie lo duda. Pero en otros casos, llevar la hipocondría al extremo tarde o temprano nos provocará más daño que beneficio. La mejor prevención es llevar un estilo de vida saludable y cuanto menos se vaya al médico, mejor, ya que además lo dejaremos disponible para las personas que de verdad lo necesitan.
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