“No enseñen a sus niños solo a leer, enséñenles a cuestionar lo que lean. Enséñenles a cuestionarlo todo” George Carlin.
Este artículo es información que he recopilado y analizado. No tenéis por qué creerme a mí, pero veo necesario cuestionar la versión oficial de ciertos asuntos.
El tema de la ganadería, el consumo de carne y el impacto de ello en el planeta es algo delicado, a la vez que bastante desconocido. He escrito este artículo porque (sobre todo en redes sociales) me encuentro a personas con una opinión muy sólida en el tema, sin tener conocimiento del mismo. (efecto Dunning-Kruger)
Durante los últimos años se ha demonizado el consumo de carne y a la ganadería en general por su supuesto papel en la emisión de gases y el cambio climático. Desde los medios de comunicación e incluso organismos gubernamentales se han creado diversas campañas para reducir el consumo de carne, lo que ha llevado al crecimiento del movimiento vegetariano (además del componente ético).
Se nos ha ido la pinza tanto con los gases de las vacas y sus emisiones, que han surgido proyectos como éste en Argentina, cuyo fin era poner una mochila a las vacas que capturase sus gases. Contra todo pronóstico, el proyecto no ha funcionado.
Una de las «vacas mochileras» (enlace noticia)
ORIGEN DE LA GANADERÍA
Según la Universidad de Missouri, la domesticación de animales por parte del ser humano comenzó hace más de 10.000 años, con la domesticación de los perros. Después se empezó a domesticar a rumiantes (vacas, ovejas y cabras) y más tarde a caballos, cuyo fin era principalmente el del transporte.
El último animal de éste grupo en ser domesticado fue el cerdo. Al principio fueron domesticados sólo en comunidades agrícolas asentadas, ya que debido a su dificultad de recorrer largas distancias, los grupos nómadas no pudieron domesticarlos inicialmente. No son muy de hacer cardio los cerdos.
Siglos más tarde comenzaría la domesticación de otros animales como cabras, pollos, pavos, etc.
Ésto ha sido clave en la supervivencia y evolución del ser humano. Los animales domesticados nos han proporcionado alimento constante (carne, leche y sus derivados como yogur, quesos…), ropa de abrigo como la lana de las ovejas y pieles, utilización de animales para trabajar, como protección y como compañía.
Pero el beneficio ha sido mutuo. Los animales domesticados han obtenido diversos beneficios del ser humano:
- Control de la reproducción, minimizando la muerte de crías, algo bastante común en un entorno salvaje.
- Protección frente a depredadores. Los animales domesticados son herbívoros, lo que significa que en un entorno salvaje depredadores no les faltarán.
- Alimento constante durante todo el año, hubiera o no períodos de escasez en sus entornos salvajes.
GANADERÍA Y OTROS FACTORES QUE IMPACTAN EN EL MEDIO AMBIENTE
La guerra contra la ganadería y el consumo de carne proviene, en parte, de algunos informes de la ONU que recomendaban reducir su consumo para evitar el cambio climático y la emisión de gases. El problema es que muchos de éstos informes, de forma voluntaria o no, son malinterpretados.
En 2019 se ha publicado el informe del Panel Internacional para el Cambio Climático (IPCC) de la ONU (informe completo aquí). Supuestamente éste informe defendía un menor consumo de carne para reducir las emisiones, y ese ha sido el mensaje lanzado tanto por organismos gubernamentales como medios de comunicación.
Pero si analizamos la sección B6.2 del informe, no se habla de reducir el consumo de carne o volverse vegetariano, de hecho se considera la carne como parte de la sostenibilidad ambiental. Lo que defiende el informe es que el origen de la carne sea sostenible, sin ganadería intensiva y con alimento de calidad para los animales.
De hecho, uno de los coopresidentes del IPCC, Jim Skea, organismo que elaboró el informe para la ONU, dice que “El IPCC no promueve pasar a un régimen vegetariano y aún menos a vegano.» (artículo)
Pero hay más. Según la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA), las principales fuentes contaminantes en 2016 fueron la producción eléctrica (28% de las emisiones totales), el transporte (28%) y la industria (22%). Agricultura y ganadería representaron un 9 % de las emisiones, de las cuales la ganadería supone un irrisorio 3,9%.
En la gráfica podemos comprobar la absurda exageración del papel del ganado en la emisión de gases contaminantes, el cual como ya hemos comentado supone tan sólo un 3.9%. De hecho, la mayoría ni siquiera proviene de los propios animales, sino de la energía y el transporte de los mismos.
Sin embargo, es principalmente la industria eléctrica y los vehículos (sobre todo los aviones) los que están dañando el planeta. No he visto ningún político u organismo internacional pronunciarse sobre ello. Las vacas son el problema, claro.
A pesar de la veracidad de los datos del informe, hay quien sugiere que está falsificado por la administración Trump. A los fans de esta conspiración, siento decir que el informe es de 2016, y Trump llegó al poder en 2017.
Luego llega Iberdrola (perteneciente a la industria eléctrica que está en la cúspide de las emisiones contaminantes) por redes sociales con el mazo de la justicia en la mano y se permite dar lecciones, alentando a reducir el consumo de carne para salvar el planeta, cuando son ellos quienes más daño provocan. En casa de herrero, cuchillo de palo.
Es decir, que esos políticos que muchas veces acaban en compañías eléctricas enchufados (nunca mejor dicho) nos hablan del consumo de carne y ganadería como el demonio. Curioso.
Otra actividad que emite grandes cantidades de emisiones y que muchas personas desconocen es la industria farmacéutica, incluso por encima de las emisiones de los coches.
En 2015 las emisiones totales a nivel mundial de las farmacéuticas fueron de 52 megatones de C02, frente a los 46,4 megatones de C02 generados por los automóviles. (más detalle)
Pero claro, si ni se comenta lo que contaminan los aviones o la industria eléctrica, como para meterse con la industria farmacéutica.
GANADERÍA PARA SALVAR EL PLANETA
No, no me he vuelto loco. Quizá no sólo la ganadería no tenga excesiva culpa de los problemas ambientales, sino que además sea la solución para un grave problema: la desertificación de los terrenos, que es el proceso mediante el cual el suelo fértil y productivo pierde parcial o totalmente su potencial de producción. (más detalle)
En el planeta existen zonas húmedas donde la desertificación es complicado que se produzca, debido a la alta humedad y las lluvias.
Pero existen otras zonas donde hay épocas de humedad y otras de sequía. La teoría oficial es que la desertificación es causada por el ganado, o eso es lo que nos han contado a todos. Allan Savory, ecologista, ganadero, presidente y cofundador del Savory Institute empezó a cuestionar todo ello (presentación de Allan en TED para más detalle)
Allan descubrió que en diversas zonas desertificadas no había ganado ni lo había habido desde hace más de 100 años. Cuando preguntó a los científicos por qué el pasto estaba tan seco si no había ganado, le respondían que se debía a “factores desconocidos”.
Allan propuso entonces que la teoría oficial era errónea, y muchas de las zonas con vegetación del planeta se desarrollaron con un gran número de animales de pastoreo, los cuales forman grandes rebaños para protegerse, y se van desplazando por los terrenos, expandiendo así sus excrementos y favoreciendo el crecimiento de plantas. Además, el pisado periódico de éstas evitaba un sobrecrecimiento perjudicial del pasto.
Éste es el estado típico del pasto por donde ha pasado un rebaño, un pasto estacional común, saludable para el medio ambiente.
Tras los meses de lluvia, el período de sequía favorece la aparición de éste pasto seco, el cual tiene que descomponerse biológicamente (ser consumido y defecado por animales) antes de la vuelta de las lluvias. Si no ocurre ésto, los pastizales y el suelo comienzan a morir.
Si no se descompone biológicamente se produce oxidación, un proceso lento el cual ahoga y mata las hierbas, dando lugar a un suelo que libera carbono. Para prevenirlo, el método tradicional ha sido quemar estas hierbas, pero el fuego también deja “desnudo” el suelo y libera mucho más carbono aún, por cada hectárea la contaminación equivalente a 6.000 coches.
En África se queman cada año mil millones de hectáreas de pastizal con este método. Imaginad la contaminación que supone ésto. Pero nadie habla de ello, ni políticos ni la propia ONU.
¿Cuál es la solución sin efectos adversos para reforestar las zonas desérticas? Efectivamente, el ganado, agrupado y en movimiento. Éste ganado, al consumir el pasto seco, dejaría la misma zona cubierta con estiércol y abono. Ese suelo estará preparado para absorber y mantener la lluvia cuando termine el período seco, almacenar carbono y descomponer metano.
Allan Savory y sus colaboradores han probado con mucho éxito éste método. Ésta reforestación con el ganado se conoce y practica en ciertas zonas desde hace años, pero muchos gobiernos, especialmente de África, siguen sin ponerlo en práctica. Mientras, seguirán echando la culpa de los males del planeta al ganado.
Allan ha conseguido con su método acabar con la sequía en muchas zonas de África, que poblaciones de éste continente que dependían de ayuda humanitaria para sobrevivir sean autosuficientes, aumentar el ganado un 400%, recuperar terrenos que llevaban erosionados y desertizados más de 30 años en América y África… desde la introducción de éste método, se han recuperado 15 millones de hectáreas en los 5 contintentes.
Si queréis profundizar en el tema, buscad en google holistic planned grazing. Recomiendo también este artículo “Comer menos carne ignora el papel de los animales en el ecosistema” escrito por un ganadero, que algo sabrá del tema.
CONCLUSIÓN
Sin duda existen diversas razones para ser vegetariano y vegano. Todas ellas respetables. Pero pensar que dejar de comer carne va a salvar el planeta, a día de hoy y con los datos de la mano, es erróneo.
Debemos apostar por ganadería ecológica, alimentada con pasto en espacios abiertos. Por el beneficio de los animales y del planeta.
No tenéis por qué creerme a mí o lo que dice éste artículo. Pero como siempre digo: debemos cuestionarnos todo. Creer como un dogma todo lo que digan los medios de comunicación o los políticos es un error. Es nuestra responsabilidad investigar, leer, experimentar y a partir de ello sacar conclusiones.
Hasta aquí el artículo de hoy, espero que os haya gustado y os haya sido útil, si es así, te agradecería que lo compartieras!
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